La hora fue tan exacta,
la llegada al mismo bar,
la música perfecta,
la silla comenzó a estorbar.
El calor de los tragos,
tu mirada quería jugar,
la tentación tenía riesgos,
la idea comenzó abogar.
Te sentí tan cerca que escuche tu respirar,
me dijo “te invito un trago”,
y comenzamos a bailar,
fue el alcohol y tu boca lo que me embriago.
Mire el fuego en tu mirada,
la noche pronosticaba tentación,
sentía la piel erizada,
todo señalaba que se perdería la educación.
El sol salió en otra habitación,
en el móvil un mensaje de buen día,
tal parece que cayó en la tentación,
su pareja en la cama dormía.
Un mensaje incluía la dirección,
era directa la propuesta,
fue mágico caer en la tentación,
quiero verte nuevamente dispuesta.