Mi madre
y mi padre
construyeron juntos
una hermosa casa
lo que llaman “un hogar”
durante años, juntos
una hermosa casa donde nos criaron
y fuimos felices y no
y otra vez felices
una hermosa casa
que no dudarían ni un segundo en prender fuego
si de eso dependiera
poder irse los dos
a bailar
un tango
un pasodoble
un vals.
Hoy no tengo más poesía que eso.
Ni mejor ejemplo.