porque conozco mi desastre y el balance de mi bien contra el instinto que lo comanda,
Y creía solo soñar cuando equiparaba sus pesos, siempre convenciendome del amor que merezco.
Porque eres la confirmación que me calma, y me deja seguir sabiendo que no es locura mi conclusión.
apoyandome en el experimento de la libertad como base de un lazo inquebrantable.
No son antónimos repetimos, aunque el mundo diga te amo a un alma como si fuera el precio que vale.
Y cuando me lo devuelves, me guardo la duda que no me conforma, que no me da por hecho.
Porque eso tan conocido eres, y también siempre un misterio que no necesito saber de memoria para amar.
Porque eres abrazo si lloro, porque eres llanto si fallo, porque eres tu dueña y me observas administrando mal mi libertad.
Porque no sé ni qué eres, pero te dejas estudiar, pero no sé ni qué hago, pero me sabes apreciar.