“Siempre me daré mi antojo . . .”
Me “late” mi nopalera
por siempre la mera mera,
vivo en barrio, en mi “coloña”
antigua como la Doña.
Soy vecino verdadero
de la Gustavo A. Madero,
también un amigo franco
en el “tianguis” de Rio Blanco.
Me dedico al buen comercio,
trabajo duro muy recio,
me disgustan las redadas
y las broncas enredadas.
No puedo llegar a diario,
pero, me encanta el Santuario
Parroquial de Nuestra Madre
Santísima de la Luz, que abre.
Seguido me voy pa´l Centro
Cultural fuerte cimiento
del desarrollo social,
del fomento intelectual.
De estimulación temprana
de música, danza urbana,
de cine, manualidades,
de las artes más formales.
Ahí conocí una “ñera”
que me pareció sincera,
felices, sin una “tacha”,
huyendo de la “talacha”.
Por ser nuestro día festivo
nos fuimos al Deportivo,
el ejercicio es bonito,
el box para mí es bendito.
Gracias al “Púas” Olivares,
conozco dos que tres bares
y una que otra pulquería,
Bondojito es alegría.
Llegamos a una Cantina
que, por Dios, es la más fina,
la “Correo de Ultramar”
entre “chelas”, calamar.
Yo siempre me doy mi antojo
soy el Rey de la Bondojo,
el más “chido” de la banda
porque Diosito lo manda.
Ya soy “machín” de esa “nena”,
hermosa mujer serena
que no me hace muchas olas,
que disfruta “padres rolas”.
Nopal pelón por emblema,
“nada de drogas” mi lema,
soy un “chilango” modelo,
llegar a viejo . . . un anhelo.
Convivo en la “tribu urbana”
compartida, nada vana,
nuestra cultura es tan nuestra
que nos tiene en la palestra.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 23 de mayo del 2018
Dedicado a mi amigo, el mero Rey de la Bondojo . . .
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)