Queridos amigos, callad por un momento,
que ni un solo ruido perturbe el silencio,
dejad que la lluvia lave las lágrimas,
y la luna plateada se vista de luto,
ha partido un poeta, ebrio de sueños.
Se llevó consigo un mundo de ilusiones,
y cabalgó las nubes cantando sus versos,
trepó por una escalera de peldaños de humo
y una lira lo esperó con su ángel atento.
Confundieron sus almas en un solo ser,
por la calidez angelical que su pecho anidaba,
ruiseñor de estrellas, que en la tierra soñó,
solitarias utopías, en un suelo estéril y desierto.
No deseó luces ni gloria.
solo amó quedar en la penumbra
donde todo se funde y se confunde,
y así entre tinieblas transitó sus últimas horas
portando un ramo de humildes adelfas y poemas.
Callad, ni un solo ruido perturbe el momento,
que la brisa lleve sus rimas al viento,
y la sombra fría del mundo contenga su lamento,
se ha ido un poeta y la noche lo llora en silencio.
Claudio Batisti