Mabel Cárcamo

ME DOY ASCO.

Es como una mancha, que da asco, un recuerdo grotesco que me hace sentir que viví por un momento,
ciertamente, huele a miedo, a dolor y angustia, mezclados en un solo perfume con melancolía.
¡Que vaga la memoria!, solo recuerdo sentirme tan sola y vacía, tan confundida sobre mi, casi muerta.


En el pelo llevaba sangre, iba descalza caminando, sobre vidrios con tal de hayarme, encontrarme,
suspirando hondo un aire que sabía a pena... Hace tanto frío cuando estoy fuera... si tan solo mi madre supiera,
que me arde el alma... que no tengo razón, que la locura me invade como un soplo de vida, más bien de muerte, y
yo dejo que me invada plenamente, no hago nada para detenerla, es lo único que me recorre... huele a sal,
una brisa efímera y caliente pasa por mi cara, me siento en calma, callada, aterrorizada... no soy yo,
no se siente como casa, no me siento como yo, no soy yo.

Tengo miedo. Me callo, espero, a que te des cuenta,
que me haces daño, que me estás matando, que no se siente bien que me golpees. Pero soy una mierda que se calla,
Que te lo permite porque la costumbre es más pesada, y yo, una vaga ironía de lo que supongo ser, porque no soy yo,
estoy vacía. No me siento como en casa... Cállate. Solo es una voz, en lo hondo de mi mente, que grita agudamente,
hasta el alma sombría, que de golpeada está gastada, y es incapaz de moverse.

Me duele tanto, permitir que me estés matando...