Me estaba ahogando
con las palabras
que nunca te dije.
Aquellas que se quedaron
atascadas en mi garganta
cuando me preguntaste sollozando,
si te quería.
Ahora la culpabilidad se clava
como una estaca en el pecho.
Y no, no te quería, dolías,
dolías cuando sujetabas mi mano,
dolía besarte,
hacerte el amor hasta
desgarrar mi tacto
contra tu piel,
quemaba ver el deseo
encendido en tus ojos.
Pero no dolías
porque lo hubieras
hecho mal,
dolía el miedo a perderte.
Porque no, joder,
no te quería, te amaba,
te adoraba, te idolatraba.
Ahora,
ya no hay mas
que vacío.