No soy valiente, temo a la oscuridad
Pero no le tengo miedo al silencio
Me siento acompañado en la soledad
Solo por tus palabras, siento aprecio.
Recuerdo tu imagen en la lejanía
Y aquel adiós que fue definitivo
El recuerdo triste que fue de agonía
Milagro es que después, yo siga vivo.
Fue aliado mi río Guadalquívir
Tus orillas fueron ecos de una balada
Me ensenñáste a vivir y a morir
Y a gozar del embrujo de la mujer enamorada.