Jose Maria Gentile

Sentires

 

Entró en puntas de pie,

creyó que volaba,

sintió el espacio entre su cuerpo y el piso.

No se dio más que un permiso,

pensó que solo uno bastaba.

Pero se fue.

 

Miró la letra apurada,

el papel ajado.

Nada la convenció.

Frente a sus ojos estaba el pasado,

en una palabra que dibujó su adiós:

un adiós despacioso de miles de tardes en silencio,

un \"hasta luego\" dicho en miles de pequeñas sílabas,

un final anticipado.

Quizás un comienzo que nunca debió ser

estaba terminando frente a sus pies.

 

Detrás del ventanal la brisa silbó una canción

que jamás se repetiría,

que nunca desentonaría,

que la acompañaría.

 

Entró en el cuarto con una sensación

pero salió de él con otra muy clara:

ya no eran posibles las palabras,

ni las explicaciones tan vanas,

supo que estaba cerca,

supo que ya no volverá.