El amor nunca ha de ser tortura, tal vez una locura simplemente, todo sueño y nada mentiras, todo dulces sentimientos entre mil tentaciones, nada de sinsabores, ni de puertas que se cierran y sí, puertas siempre abiertas. Un amor sin miedos que matan, sin historias que se pierden por las cosas que se callan o por palabras que hieren.
¡No al amor que no es amor!
El que nunca recuerda los errores que machacan, ni trocea la vida para que resultar liviana. Aquel que no hace preguntas, ni espera respuestas, ni marquitas en tu vida, ni hace promesas que luego se olvidan, ni es amor el que se dulce se siembra y riega pero nunca florece.
¡No, al amor que no es amor!
De un amor no se depende, ni te esclaviza a tus deseos, ni a la satisfacción traicionera, ni a la pena que te asfixia, pues todo al final es dolor, no mires al miedo de frente para ganar mucho en fuerza, aprende y sé paciente, todo lo que te acontece, está ahí porque lo convocamos y no olvides nunca...
“Hay momentos felices, que a veces, más que amorosas huellas, dejan indelebles cicatrices\".
Pilar González Navarro.
Mayo 2018.