bella cómo dolías
en el pasillo breve del verano
en las tormentas
del invierno también
mi humanidad
huyendo de tus piedras
ásperas
como trozos de silencio
como mar
pero llamando fiel a tu primavera
para liberar entre sus flores
mi negro plumazón
mis sombras de sauces
con los follajes en éxtasis
ante tu única rosa
roja
abierta a mano
bella
cuánto dueles hoy
cual alondra aguda
que el viento lleva
por campos de artemisas
ángel
que habita los peldaños del ocaso
mi tiempo sufre
como poema brujo de amor
escrito en un espejo
con las huellas heridas
de la soledad