Si llamo hogar
Pero no a mi casa
Si no a una persona.
Atandome a su risa
Que hace que Brahms se escuche como mero ruido
Atandome a su cuerpo que es mi hogar
Y duermo en su pelo,
Acariciando el olor versátil de ser libre
Y quedarte atada sin atarnos.
Si llamo herida al juego de miradas
Y cae sobre mi tu pupila al despertar
Como cae el primer rayo de luz sobre el jardín.
Si llamo hogar
Pero no a mi casa
Si no a una persona.
Si a eso tan siquiera pudiera llamarle suerte
o golpe de suerte o lumbre,
Serían tres centímetros de vacíos entre nosotros
Sería una profunda cornisa para nosotros amantes del vértigo del beso.
Si llamo hogar
Pero no a mi casa
Si no a una persona.
Que sea una Helena
Que me seduzca y yo sea su París,
y comencemos una guerra
De caricias en la piel,
O una Medusa que me vuelva inerte
Con solo mirarme.
O solo una mujer
Que huela a cielo y a menta,
Una mujer,
Que encuentre en mí
La esencia necesaria
Para también poder.
Llamar hogar
pero no a su casa,
Si no a mis manos.