LA VIDA... ¡SIEMPRE LA VIDA!
Navego cual velero en mar abierto,
escribo entre sus olas mi destino
con tinta de dolor y de alegría;
cuaderno de bitácora inconcluso...
En ese anochecer de lo inconcluso
las sombras desdibujan mi alegría,
el mar de la esperanza queda abierto
luchando contra el viento del destino.
La ruta que marqué; vida y destino,
dejando el corazón por siempre abierto
ante la realidad de lo inconcluso...
Ambivalencia en pos de la alegría.
¡Y rumbo a la alegría, mi destino,
inconcluso será; más siempre abierto!
Jarablanca