Esperar un niño
es como esperar
el pasado que se ha vivido.
Es preguntarse por los abuelos
que corren en el torrente sanguíneo,
grabando con firmeza su firma
y sus múltiples recuerdos.
Esperar un niño
es mirar la cuna vacía
con nuestros infantiles recuerdos.
¡Qué poder más infinito
el de un retoño sobre los sueños!
Esperar un niño
es recibir a la esposa amante
con brazos de cariño,
corazón fiero y desbordante
por darse a ese pequeñito.
Esperar un niño
es más que recibir un hijo:
es volver por el camino
donde una vez vinimos.
http://elsitiodelasrimas.wordpress.com