Te amé y me amaste
Sé que ya no me amas como antes.
Sé que todo ha cambiado
entre nosotros.
Intento decirte que todo
tan fugazmente ha pasado...
Eres la estrella
que desde el cielo cayó
y al cielo volvió.
Y yo me he quedado
en la tierra...
Tratando de encontrarte
allá arriba, en el cielo,
entre los millones de refulgentes
astros de la noche...
Sé que todos los momentos vividos
fueron entregados
con tu y mi corazón
de verdad, sin mentiras,
sin engaños...
Pero nuestro amor, eterno no pudo ser...
Una aceptación más
que el destino me otorga.
Un infortunio que debo tomarlo,
así como al principio
fue maravilloso.
Y hoy, es lejanía , y distancia...
distancia... kilómetros de distancia...
que como un ser romántico,
te llamo estrella y te busco
entre ellas, allá, en el cielo...
pero fuiste y eres terrenal...
No fue un sueño de amor...
Fue un amor soñado
y obtenido.
Y ahora, has partido...
te has ido de mi vida...
Y lo más grandioso
es que lo tomo con la
más absoluta naturalidad...
Oh, no, no es cierto...
Me miento a mí mismo
para aceptarlo sin amargura...
pero la tengo.
Una amargura tan intensa...
que me hace pensar
en los momentos de amor
compartidos, y no quiero aceptar
la realidad actual...
Te tuve, y te perdí.
Te amé y me amaste,
pero después, llegó el otro...
ese otro que en tu corazón
se grabó, y a mí me dejaste
a un lado.
Me reemplazaste por él,
el nuevo amor de tu vida...
Sin darte cuenta que me quedé
llorándote, porque me abandonabas...
Reemplazaste mis sentimientos
por ese, tu nuevo amor...
Y aquí quedé, mirando el cielo...
¿A quién busco?
¿A ti o a Él, mi Dios?
Mi Dios del cielo y de la vida.
Mi Dios de todos los días,
que me acompaña en las buenas
y en las malas...
Y esta, justamente, es la mala,
tú eres la mala...
La que solitario me ha dejado
por ese otro...
Ha tenido más suerte que yo.
Tu amor por mí, fue fugaz, tal
vez un capricho...
Pero yo de verdad te había
entregado mi corazón y mi amor...
y debo resignarme a la pérdida
de un amor, que creí fuera para siempre...
No fue cierto, loco pensamiento...
Cuando uno comienza a amar,
pero de verdad, se hace la ilusión
de que todo será para siempre.
Y no es así. Al menos en mi caso.
Debo continuar en la vida
con resignación y aceptación.
Debo continuar con esta,
mi soledad forzada por el destino.
Parte de mi destino fuiste tú.
Pero ahora, le perteneces a otro.
Y aquí me quedo, tratando de aparentar
tranquilidad... la cual no tengo,
solo resignación y aceptación.
Mi vida debe continuar,
esperando que desde el cielo caiga
la estrella que sea mía para siempre.
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 25/11/2012)