Encendí una vela y te vi
con sutileza llegue a ti
en aquellas avejentadas manos me acurruqué
en tus dulces, tus silencios, aprendí.
El calor de vida, el sabor de la luz
una sonrisa es más para mí.
No había miedos, no había ocasos
era tu luz, así crecí.
Ropa sencilla, zapatos gastados
en cada paso una palabra y con ella
una enseñanza.
Ahora tu sombra en la memoria
Tú legado en las pisadas y tu mente
en mi descansa.