¡ESTA INQUIETANTE AVENTURA!
Así como se prolonga, maravillosa la vida,
estos son los mismos versos, que iniciaron la partida;
hace ya treinta y ocho años, allá en mi tierra querida:
¡Cuando en mí la primavera, brotó alegre y florecida!
Y he continuado la búsqueda, del verso que exacto diga,
si en realidad ha crecido, en mi interior una espiga;
sabes ser mi confidente, también mi constante amiga:
¡Eres austera y coqueta, la que mis penas mitiga!
Puede ser un juego limpio, esta inquietante aventura,
si sabemos conservar, la necesaria cordura;
porque la suma de todo, nos arroja la hermosura:
¡Y si apostamos al caos, emergerá la locura!
La inspiración va conmigo, por ello el numen gobierno,
y atrevido, incluso, puedo, pararme sobre el infierno;
ya sé, de todos los modos, que hay en mí un poeta eterno:
¡Porque en estío torné, lo que ayer fue, adentro, invierno!
Puedo jugar con la rima, pues, me asiste la licencia,
y el estro acude muy presto, derramando inteligencia,
sobre el bardo consentido, con hilos de quintaesencia:
¡Y estos cuartetos conservan, eufonía, y persistencia!
La musa que al vate rige, es amante y bien pletórica,
sabe tornarme la pluma, cadenciosa y eufórica;
en los trazos puede darme, recia virtud escultórica:
¡O también si se le antoja, mutarme en pieza pictórica!
En todas las actuaciones, la soberbia es cosa mala,
debe acudir la razón, a presidir el concierto;
por ello en este momento, en esta rima se instala:
¡Y en buena disposición, se corrige el desacierto!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino