Hace tiempo que las prosas
suaves, dulces, se extinguieron
con las luces que vivieron
en el ritmo de las rosas;
símbolos de primorosas
ilusiones que surgieron
y en las letras se fundieron
con otras flores hermosas.
Las prosas, hoy ya perdidas
son aroma que se apaga
entre flores de otras vidas
trémulas, solas y heridas
por la oscura, dura daga
hija de la noche aciaga.