Tómame y haz lo que creas conveniente, quiero sentir la fuerza de tus caricias, agárrame, muerdeme, arañame, quiero escuchar el inconfundible sonido de tus manos golpeando mis caderas.
Quiero sentir tu libido exacerbado.
Con cada caricia siento ese dolor placentero que me sube de nivel y es que me entrego a ti para darte placer.
Me das la vuelta y abres mis piernas me penetras con suavidad (deseo sentir cada centímetro, cada movimiento, aquí estoy para ti).
Te siento, quiero más, tómame, soy tuya.
Trato de mantener la firmeza de mis manos entre las sábanas mientras te satisfaces y me llevas a otro mundo, trato de calmar mi respiración tan agitada pero es casi imposible cuando pienso que me dejaras vuelves a empezar una y otra vez.
Al sentir que reventaba de placer tuve la intención de pedirte que te detuvieras, recordé mi papel y solo me deje llevar, me entregué a ti por completo.
Te entregué mis deseos, mis gemidos, mis orgasmos y me diste algo más valioso. (Tú mi dueño)
Esto es tan extraño me has llevado y devuelto exahusta en la cama a tu lado, tú aftercare fue perfecto, me recordaste que solo era un juego.
Pero... Quiero más.