Mis ojos miran aquí y allá buscan mi ansiedad mitigar
sórdidos ruidos en mi interior retumban sin cesar
rastros tenues de luz primaveral rescoldo de felicidad
como mítico fénix tal vez resurgirá; la preciada alegría
de tiempos atrás.
Música, libros, mates, amigos, deporte quizá
Apaciguaran esta punzante inquietud reflujo de júbilo otoñal
escucha no busques en el infinito oleaje que se abre en la inmensidad
un recuerdo que silente en el cofre de lo perdido quiere estar.
Alma como quieres que perdido siga estando si tu corazón
de mi profundo sueño me ha querido despertar
deseas perderme y no hallarme nunca más
pero te olvidas que tu mismo me abres la puerta de par en par.
¡Basta calla ya! tristezas penurias, amarga soledad otra vez me dejarás
apártate no te quiero en mi vida una vez más con tu vana promesa de felicidad
sé muy bien lo que me dirás aquellas viles mentiras de prosperidad
fatigado y sediento de amor solo así quiero estar.
Sopla la brisa fresca entre la hojarasca de este otoño, enciende con su ventisca
mi corazón marchito resurge de aquel rescoldo una tenue llama
y un rostro, una voz, una caricia ya no son mis tormentos
pues tu dulce llanto ¡Oh Divino niño! me despertó de mi lamento