Ahí entumecida en tu tiempo,
desconectada del universo
esperando un timbre que aliente
nuestras frecuencias y logre
desafiar esta ausencia que aturde
mis sentimientos.
Ahí, como si el tiempo no pasa,
como si se alianza él con el inerme,
o, con él que ya perdió su esperanza.
Ahí, pretendiendo oportunidades
que van marcando su timbre a otras
ondas de alegres amaneceres.
Que van desarropando oídos con mejor
señal que los míos, en una llamada
que al sol sorprende.
Ahí, con la cabeza apegada
a unos números sin orden,
checando continuamente…
por si hace un sonido que me anime;
por si sus campanas desempeñan en telepatía,
por si escuchas a lo lejos mi agonía,
o por si al fin decida aclararme el destino,
que las yemas de tus dedos han perdido
la memoria de aquellos siete dígitos
que al marcarlos excitaban tu vida.
¡Preocupante agonía esta la mía!
La línea funciona, pero su transmisión
es de una vía. Queriendo ampliarla
me paso los días, más tu intratable lejanía,
abulta aún más mi cobardía y se queda
colgada la esperanza de que esa llamada
entre antes de que día ceda su magia
a la larga noche y sus letanías.
No suena el teléfono,
me estrangulan los recuerdos,
me atormenta este silencio y este
castigo que avasalla mis tímpanos,
al no escuchar el ring ring mágico
de esa llamada, que aguarda la solución
de cambiar mis sombríos días,
con una llamada y el bendito sonido de tu voz.
LeydisProse
5/29/2018
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