Te entregué sabiendo que hipotecaba mi vida, todo cuanto había dentro del envoltorio que veías con deleite, que cuando supe..., cuando entendí que era una fachada para satisfacer tu lujuria, era tarde ya: mi cuerpo y mi alma ya eran tuyos.
Y entonces descubrí tu superficial iniquidad: era un envoltorio, sólo un envoltorio, ni te importó devorar mi cuerpo, ni vampirizar mi alma.
Ahora soy yo, mariposa rota, mujer derrotada quien huye de tu sucia negrura miserable, y mis alas crecerán de nuevo, y volaré otra vez...
Goza de otro envoltorio, nunca sabrás que la vida, un tesoro que no sabes apreciar, es más que sexo, es más que follar sin freno como perros en celo.
Y para ti la muerte será un triste final, para mi...
Para mi la vida es un infinito hacia el que voy a volar.
Adiós, mis heridas ahora son cicatrices, mas ya no duelen.
Tu ser, es una infección que se pudre lentamente.
No merecisteis la pena
MDC.R.P