Anhelo escribir unos versos esta noche
cuando tímidamente tú descansas,
dejándote mi amor en el eco que se oye
tras el trazo de las palabras que te llaman:
decirte, por ejemplo, que este par de ojos
te miran con la ilusión que dulce canta
entre las luces de los arroyos
que nocturnos fluyen por mi alma;
gritarte, con las venas por las que navega
mi sangre, transformada en incendiaria
de los sueños que al pensar en ti me acechan
cuando camino en la vida diaria;
besarte, con el verso que encendido
transforma mis labios en enérgicas palabras,
haciendo mar el fuego escondido
que transpira al verte mi alma enamorada.
Y así, dormir ilusionado en esta noche
que ya a mi cuerpo con poder inexorable reclama,
sabiendo, que estas letras que aún no oyes,
las escucharás, amor, cuando venga la mañana.