El viaje de Dante se termina
al recorrer el paraíso eterno
la pluma que lo canta es divina
superados los llantos del averno.
Con paso sin pesares se encamina
hacia los cielos donde no hay invierno
donde todo sentido se refina
por la proximidad del Ser Paterno.
Lugar que fue perdido y se recobra
por la nivia pureza y por el bien
que nunca es muy poco ni le sobra
a quien llegara al círculo noveno
del reino eterno; añorando el Edén,
jardín de gloria y paz por doquier lleno