Estoy sumamente
a la espera
de tu frente
alegrándome
la primavera
por
primera vez
con mis colibríes
sobrevolándote
y arrebolando
la tez
de tus mejillas
cuando sonríes
qué gloriosas
y demás sutiles cosas
que te abundan
de oreja a oreja
y de la cabeza
a los pies