Una tristeza me invade
bandolera, furtiva,
se escapa de mi pensamiento
cuando mi mente va a la caza
de ese prófugo sentimiento.
Pena en el corazón marchito,
sensación de pasado, sucinto...
Recuerdos quizás
de cuando era amapola joven
ababol erguido e inhiesto,
que danzaba al son
del viento suave.
Ahora hierba salvaje ,
que no se doblega ante la lluvia
que no desfallece
aunque le ahoguen las penurias.
Hoy estoy triste,
cansado y derrotado,
quiero matar al mío este corazón
que ahora late enajenado.