A veces
cuando no somos
menos que
suspiros
ni más que
recuerdos,
me acuerdo
de que eso
somos desde
un principio.
Y a veces
cuando la luna
canta,
y el sol
llora
me quemo en
palabras de
tinta azul,
y me pinto
las mejillas
de indiferencia.
Y a veces
cuando me quemo
las manos
y los pies
me tiro a la
tierra y digo
\"lo que venga\".
Y aún así
a veces
cuando los
lunares me parecen
quemaduras
y las pecas
heridas de bala
me tiro la
poca vida
por la ventana
y descubro
que ya cuando
esta rota me
da eso de
querer arreglarla.