Cuando era una niña deseaba que
pasara el tiempo para verme tan
hermosa,risueña,calmada y joven
como mi madre,la admiraba de
pies a cabeza y mi ansia por ser
como ella crecía.
Los años pasaban como yo quería
pero decepcionada miraba que todo
cambiaba,mi madre conservaba la
belleza pero se veía más cansada.
Su sonrisa iluminaba mi ser pero
también me hería porque ella había
llorado la partida de mi padre y su
belleza,oh,su belleza se marchitaba.
Un día fui grande como deseaba me
veía tan hermosa,risueña,calmada y
joven pero no me gustaba porque
mi madre ya no estaba,se reunió con
mi padre en el seno de Dios.
Hoy ya no quiero que pasen los años
porque no quiero que mis hijos sufran
como sufrí la partida de mis queridos
viejos.
Pero...esa es la ley de la vida.
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