La mirada se resiste
una y otra vez,
cuando roza la belleza
de los campos en primavera,
y una mariposa blanca
se posa en la flor.
El verde se cuela por los ojos
serena y apacigua
sus alas blancas arrimadas
a la quietud
del alimento.
Cuando con los ojos del alma
se asoma a un corazón
y se desborda de bondad,
de sentimiento,
te impregna empapando
la piel, los poros
hasta calar el hueso.
No hay fuerza natural
que pueda llevarla lejos...
Es en el equilibrio
de la sencillez
la simplicidad
donde esta su esencia
verdadera.
31-5-2018