Edgar De La Cruz Rosfel

EL POETA HA MUERTO

 

El poeta a muerto,
eso dicen por las calles,
pues ha enmudecido,
lo han matado las palabras,
las mismas que lo envenenaron esa noche, 
esas que su boca no ha escupido.

Esta herido de muerte
presa de sus sentidos aprensivos,
pues unos labios anacrónicos 
lo hunden en un lecho de recuerdo.

El poeta ha sido acribillado,
esta lastimado, 
lo atravesó una lanza en forma de desprecio,
lo enveraron dos ojos eternos
y un cabello de seda que acariciaron sus manos.

El poeta se desangra
en esta madrugada de grillos sin estrellas,
pues lo golpeó la indiferencia
y su suerte sin suerte, 
lo condena a tirarse hacia el vacío.

Desde hace dos días que no come, 
no habla, no mira a los ojos;
como si lo primero fuera tan importante,
pareciera que otros seres se llevaron su alegría 
a un planeta donde no existe el amor ni la congoja.

Hace una semana que no se atreve a tocar la pluma
¡eso es lo más grave!
quizá teme a que lo que escriba
se lo lleven sus lágrimas.

Ayer dijeron los doctores
que quizá no se salve
pues la ciencia no conoce su patología,
pero el poeta sabe lo que tiene
y es una enfermedad incurable:
\"Romanticismo crónico degenerativo\"

¿Acaso no hay cura para un alma rota?
¿Acaso se puede dejar de querer en dos días?
Eso lo deberían de enseñar en la primaria,
pero si alguien tiene la respuesta; ¡se la compro!
o al menos se la cambio
por estas ganas de olvidarte.

¡Acaso no entienden que los poetas también aman!
que lo hacen de lo que roban sus caricias con sus manos,
Aman, a su manera, a su tiempo,
como nunca entenderían los humanos.

Aman y eso es todo
aman con tan poco y en corto tiempo,
ese es su mal congénito.

Hoy, que lo despertó un sueño roto de madrugada,
se levantó de golpe de la cama,
caminó por un rato en línea recta
reconoció sus pasos,
se acordó que estaba vivo,
una mirada ya no tan perdida 
lo observa desde el espejo,
se detiene y se miran,
le murmulla con las pocas ganas que le quedan;
sólo le pide tres días más de prórroga 
para tirar toda su nostalgia y agonía.
.

A la quietud del alba que agoniza,
promete en un futuro volver al manto de sus sueños,
promete volver a cantar, soñar, reír,
a enamorarse nuevamente sin remedio 
y romperse cuando las heridas duelan;
¡promete todo!

Menos dejar de escribir....

28-Mayo-2017