Éramos tan jóvenes.
Tan enamorados.
Pero nada, nunca es para siempre.
Me dijiste una vez.
Y se acabó
Y ahí estás vos.
Tan progresada.
Vistiendo como doctora.
Y yo acá, internado.
Por exceso de no superarte jamás.
La primera vez que nos vemos.
En tantos años.
En tantos solitarios años, bebe.
Nunca, nada dura para siempre.
Excepto el echo de quererte.
En cada sucio y asqueroso bar.
De cada día que sobreviví a no verte.
Pero acá estoy.
Y vos ahí.
Parada en frente mío.
Vestida de doctora.
Y yo acá.
Vestido de mendigo.
Muriendo.
Se que no me reconoces.
Pero soy aquel joven de diecisiete
que siempre,
Siempre te quiso.