Necesito sol, que derrita los lastres que me ha tocado cargar, sol ardiente que haga brillar todos los minerales de los que estoy hecha.
Ocupo tierra, tierra donde dejar mi huella, donde hundir mis raíces y permanecer perenne, nunca más seré una hoja a merced de cualquier viento.
Denme aire y si no lo tomaré a bocanadas, porque necesito gritar, echar fuera de este hermoso cuerpo todos dolores que la historia me hizo tragar.
Voy fuerte haciendo cauce, soy un torrente de agua que no se detiene, a veces clara y otras enlodada pero este caudal es mío, es mío hasta la última gota me pertenezco.
Camino sacudiéndome las cruces y los ritos que me alejaron de todo mi espíritu, seré yo mi propia oración, porque si, porque necesito encontrar mi propio dios, porque ya no necesito salvación, me he salvado a mí misma cuando me encontré.
Todas las texturas y fibras, todos los colores y los espacios parecen precipitarse hacia mí y hasta hoy me doy cuenta que el arte anda buscando la chispa de mis manos, ¡que soy arte!, mis formas y desformas lo exponen.
Tomo la palabra y seguido genero una acción y cada movimiento de ahora en adelante va hacia ellas, no podemos fallarles.