BRUMA DE TARDE.
Cierne la tarde su vaho plomizo,
y sobre el horizonte el sol atenuado,
el celaje ya opaca su manto rojizo,
entre las nubes que ha desangrado.
Grata frescura emana el Océano,
con sus aguas de azul enlutado,
opalino el monte se avizora lejano,
bajo bruma con su verde ultrajado.
Tempranas la nieblas ya señorean,
hurtando su color a las mariposas,
inquietas las flores al viento ondean,
como damiselas bellas y ostentosas.
Vuelan las aves sobre cielos grises,
entre moribundo sol y mar sereno,
las playas con sus morenos matices,
besan las olas en pasional desenfreno.
Y los cocoteros que agobia la tarde,
se mecen pasmados sobre llanuras,
mientras el paisaje siente que arde,
al morir el sol en celestiales alturas.
Autor: Víctor A. Arana,
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Abril 21 del 2012.