Hubo unas lunas entre los mensajes,
era limpia, químicamente pura,
perfecta, en perfume atenunante,
la armonía mas allá del ambiente.
Había fino día y horizontes
en las pinturas, era equilibrio bís,
radiaba pulcritud completa en ambos.
Bebían sus esencias con sus labios
sin copas, sin catalizar los vinos
y sin muchos trinos de media tarde.
Describía una conexión sublíme
entre aquel par de almas, armonía,
muros de fuego, cristales de agua,
esta vez no hubo cartilla presente.
Martín Blythe
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