Si vienes y te sientas,
en ese, mi sillón frío,
si le doy color
a la ventana oscura de tu cuarto,
si vienes y marcas con pétalos de rosa
la bañera que ha sustentado
gota a gota mi soledad,
si voy y alimento a tú gato,
si vienes y le das de beber a mi golondrina.
Si entre el ir y venir de nuestros pasos,
nos encontramos sonriéndonos pupila a pupila,
en un café,
en un bar,
en un parque,
cogidos de la mano bajo la lluvia,
o contando cuentos,
una de esas tantas noches
llenas de puntitos blancos.
Si por un par de siglos dejas de andar solo,
si por un par de milenios te dejo entrar en mi universo,
tal vez podamos hacer una tregua por un sin fin de calendarios
y olvidarnos de esa tan amada melancolía.
Lore Cruz
Madrigal de Luna
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