El amor sobredimensiona y resuelve en la mirada,
ese discurso de infinitas voces que calla la palabra,
a veces suele estremecer hasta las brechas más traviesas.
Si pudiera explorar la sonrisa que se avecina, diría que un segundo
de esa pequeña medicina conlleva a mil raciones de efervecentes tiempos.
Es así...Y mi rostro cambia, sus ojos me cantan las palabras de todos cielos,
ese horizonte me habita y no se puede evitar cambiar el discurso.
Aunque lo calle, lo cueza, lo estire, lo cuele en una lágrima.
El amor irrumpe, quiebra fronteras, dobla todas las esquinas, marca los aromas
con ese rapto inesperado y con solo decirle gracias!!!!