\"Me iré en paz.
Que nadie me llame.
Que no me detengan.\"
De la noche de Granada
salió la muerte a andar
bajo un cielo de sangres.
Y como un cordero
en sumisa agonía
ha callado el poeta.
No existe más.
Se ahogó en la sombra
su innata alegría.
Y en los odios del pasado
me he sentado a cavilar.
Su risa de angustia
me ha dolido,
su ignota faz.
Yo nací hoy,
en el gemir
de su juventud
desgarrada,
y en las tinieblas
de su luz.
Por su tierra
caminé entre estatuas
y añejas piedras,
que sepultaron
las iras olvidadas.
Y en sus fuentes
bebí la música del agua,
que tras antiguas vilezas
colmó de vida, toda España.
Su sentir hermano
estoy viviendo;
y en su adiós voy herida
como pañuelo al viento.
\"Me iré en paz.
Que nadie me llame.
Que no me detengan.\"
En la quietud del sendero,
se avizora un amanecer
poblado de silencios.
Ingrid Zetterberg
Dedicado al poeta Federico García Lorca
De mi libro \"Por los bosques del silencio\"
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