Navegando en los remolinos del olvído
haciéndo a un lado peñascos de ilusiones
oblígada no obstante a internarme
en la oscura soledad de mis quebrantos.
Corriente abajo mis lágrimas formáron
el río del abandono unido al mar
océano magestuoso amargo y salado,
como mi suerte contra la corriente
Suerte hechada al engaño y al dolor
de sentírme presa de un torrente de ilusiónes
y de pronto...nadar contra corriente,
como nada un náufrago desesperado
por salvar su vida en la plétora convulciónada
tratando de sobrevivír al desengaño
Para que amar tanto si de pronto un día...
termina todo como termina la jornada
dejar resquicios solo de caricias.....
y seguír sufriendo solo de remembranzas.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.