Es tu alma un candil,
iluminado por sombras
Pero también es tu caricia un puente
que cruza los límites de la noche.
Y en un arruyo entristecido,
varado dejas al corazón en orfandad.
Amor, que es más ardor y yaga
Amor que es con espinas que me coronas
Amor que me ofreces el vinagre por vino
Amor que me ofreces el beso que traiciona
Amor que me niegas tres veces,
Amor que te lavas las manos entre la multitud
y me tomas por ladrón.
Siento en las palmas de tus manos
el frío del que olvida y el puño del opresor.
Mas veo en tus ojos la plegaria del deseo
el volcán que alguna vez nos cobijo.