Desnuda tu mirada grisácea,
en la melancolía de la tarde.
Libera a la llama que arde
en el centro de tú pupila,
deja que el cielo se tiña
del fuego que la ilumina.
Rompe la coraza que cubre
la timidez de tu corazón inmenso,
Pinta en el blanco lienzo
de la vida que atraviesa,
las alegrías y tristezas
que encierras en tus sentimientos.
Verás que al pasar el tiempo,
todas tus heridas
no fueron en vano.
Ellas te han traído a este momento,
y por ellas es lo mucho que te amo.
Desata la pasión
que se anuda a tu piel,
descubre que al querer
dos almas enamoradas;
solo en el calor, crean alas.
Vuelan enredadas,
consumiendo la carne de los cuerpos.
Para ellas no existe el tiempo,
son una en la eternidad,
es la única forma que tienen de amar
dos serescasi perfectos.