Estoy sola aquí, desnuda y sin palabras,
y tomo tu silencio
entre mis manos
donde me duele el aire.
Este silencio que gotea infame
cayendo desde todo lo que existe.
Sobre mi amor gotea,
dibujándome un rostro
de sombras sobre el rostro.
Estoy sola aquí
en la punta deseada de la noche:
Agonía de mí, estatua inmóvil
que entre mi piel esculpen
las gubias invasivas del silencio.
Estoy aquí, desnuda
de todas tus palabras,
donde ya nada existe,
porque tú lo borraste
con la noche sin tregua de la ausencia.
Sola, sobre la mesa,
¡ay!, mi desolación
se retuerce acabándose conmigo
en el fondo sin fondo
de una paciente taza de café.