Adornando el otoño.
En un sol amarillo luz deshielo,
se abrazan a la brisa ruiseñores,
nostálgico el otoño sin verdores,
sin canción, ni promesa, bajo el cielo.
¡Qué mustio! liba el llanto como flores
titilando el crepúsculo con su vuelo,
y en mis manos matizas tu mi cielo,
la flor de no me olvides, mis amores.
Y busco en la alameda el libre aliento,
y con fuego en mis manos matutinas
a un florecer adorno con el viento.
Cual tórtola en espigas cristalinas;
Matizas entre copos qué alimento,
me sonríe otoñales bambalinas.