Eran los años postreros,
esos que se nutren
no de quimeras... sino de recuerdos;
imágenes difusas,
sonidos lejanos,
dolores que ya no duelen,
amores que ya no queman.
Esos donde ya no divisas
que fue realidad
y que es fantasía;
esos cuando la muerte
ya no es un espanto
sino una dulce espera;
esos cuando el ego se ha marchitado
y ya no hay actitud que te hiera;
cuando te das cuenta que nada llevas
y que solo lo que has sembrado...
solo eso queda.