Entre compás y compás, es mi senda con Bach.
Busca mi mente soñar al vivir el violín
como las alas fugadas del verso en el fin
besan las letras excelsas, nacidas del mar...
Vuelan, errantes, los dedos que saben amar.
Sueñan vivir con el ritmo vibrante, confín
ígneo, rúbrica y marca, dejado en Berlín
ante las fugas barrocas que, sin acabar,
canta su esencia, un elixir del místico cuento,
rosa y perfume galante, una lira que el mar
clama en ardiente sonido... buscando un aliento
suave, certero compás, corazón del collar,
hilo que dé su reposo a la fuga, momento
donde mi senda termine sus pasos con Bach.