Inerte yace mi cuerpo, viviendo en la ilusión expresada en el poder, el control que me ofrece circunstancialmente la sensación del confort.
Inerte yace mi cuerpo, viviendo en la estreches de mi minúsculas circunstancias, que me impiden la compresión de la inmensidad de ser.
Inerte yace mi cuerpo, viviendo en ofrendar la vida, como evidencia que no dejare nunca de alzar la bandera de la liberación y que nunca dejare de rebelarme contra la injusticia,
Inerte yace mi cuerpo, viviendo en la necedad de insistir que La Revolución autentica es la que busca librarnos de la servidumbre física y mental.
Inerte yace mi cuerpo, viviendo para que hagamos la revolución social, Pues hasta que no nos emancipemos de la situación actual como clase No estaremos en condiciones de crear una ciencia y un arte propios