¡Joder BCN! Doblemente literal fue este placer. Tanto que culpa de tu encanto de mujer temo volverte a ver.
Y así poder recorrer un poco más de tu faz. Tierra con ecos de guerra que supo susurrarme el secreto de la paz.
Cuando sólo abate y no inspira la herida, la vida a duelo me bate. Y admito que busqué la muerte en tí, mas te sobreviví. Fuiste diosa inerte que late, una suerte de rescate para mí.
Creí haber agotado el reservorio de mi aljibe personal, pero gracias al repertorio de tus fauces se ha llenado el cauce de este oxidado lagrimal.
Territorio inmenso para una caricia leve. Tus labios rojo intenso, de besos breves, versos que conmueven.
Acepta el humilde obsequio de este desconocido, por haberle permitido querer lo que sin quererlo siempre has sido.
Inmutable ante el milagro en tu viente acontecido. Por todo o por nada, por albergar la circunstancia agradecido.