Quiero volver a ser una niña,
como cuando trataba de adivinar el sabor de las nubes
y jugaba a las escondidas conmigo misma,
y olía las flores y cantaba alegre al ritmo de la lluvia
tratando de perseguirla entre charcos de fantasías.
Y quería volar como un papalote,
no para escapar del mundo sino para transformarme con él.
Quiero volver a ser una niña,
como cuando creía en la esperanza de perseguir algo mejor,
donde no existía la tragedia ni el sufrimiento,
un lugar sin llanto, ni miseria humana.
Y ser cazadora de sueños,
los mismos que hoy a veces parecieran huir,
ser niña y pretender tocar las estrellas
como en más de un intento fallido que terminaba en el suelo.
Ser niña y abrazar el sol,
besar la luna entre la ventana,
y correr entre el viento que se arrullaba en el cabello.
Ser niña y creer en el amor,
y que los amigos perduran por siempre.
Y poder liberar a la niña que dormida se encuentra,
en un corazón que a veces teme fracasar.