Sin que me deba sorprender,
aún en tu escondido lugar
reluce la tersura de tus pétalos
cuidados por la sombra del ciprés
invariablemente enhiesto,
altanero e inmóvil.
¡Oh flor, de ignoto nombre!
Besas mis ojos y halagas mis sentidos
en ese breve lapso, intenso y solo
en que me evado del mundo
y reposo en ti.
De mi libro “Del sentir que reverbera”. 2018 ISBN 978-987-763-458-7