Mi corazón palpita en el llanto de la indiferencia, mi mano izquierda hecha un puño en contra de la intolerancia y mis labios secos, cansados y hambrientos de vengaza, van gritando por la vida mi tormentosa realidad.
Es un caos, una algarabía bien hecha, los tulipanes se han marchitado con la secuaz de mi felicidad.
No comprendo nada, ni a nadie.
Solo quiero estar tranquila sin tanto remordimiento o sin tantos lamentos, como sea pero que mi corazón siga latiendo fuera de ese llanto inquietó.
Tómame los pensamientos y vistelos de gala, que ya pasaron por muchas mentes y ninguna los quiere entender, pues yo los venderé¡¡¡
Vistelos de gala y que se pongan en marcha, que más de alguno me servirá y quizás dejé esta miseria para otro día.
No dejes que se desvanescan, que se muden a otros cuerpos ni a otros seres, solo los quiero para mi, ellos son lo único que puedo rescatar de esta historia.