LO VI VOLVERSE LLAMARADA
Y lleguè a pensar que èl me amaba,
cuando sentì una cascada
de felicidad bañar mi alma…
tambièn sentì su piel càlida,
prodigàndome el calor que me faltaba.
Muchas veces lo vi volverse llamarada,
derritiendo el hielo de mis entrañas
y soñamos con construir un mañana
con crepùsculos en calma
y con un sol fulgurando en la ventana.
Creì que èl me amaba…
Cuando contamos una, a una las estrellas
y habìa un lucero, el que màs brillaba,
sus ojos ambarinos nos guiñaba
y las estrellas… todas bellas,
con tùnicas de organza
nos danzaban.
Creì que èl me amaba…
Pero su silencio como un quejido,
penetrò en mi corazòn compungido,
causando en lo profundo una herida…
una herida que con ningùn bàlsamo se alivia.
Lleguè a pensar que su amor no era mentira,
que su corazòn que palpitaba a toda prisa,
era por el gran amor que me tenìa.
Lamentablemente fue mentira
y los sueños e ilusiones perseguidas
hoy se quedan flotando a la deriva
y yo me quedo con el alma entristecida,
mirando, còmo sangra torrentes esta herida.
Felina
Junio 4 -2018